El fabricante de autos eléctricos enfrenta la pérdida de importantes subsidios en medio de una merma de su popularidad como marca, y de la de su presidente, Elon Musk, y de una significativa caída de sus ventas a nivel mundial.

Entre las fuertes críticas que el presidente del fabricante de vehículos eléctricos Tesla, Elon Musk, ha hecho a la ley presupuestaria y fiscal promulgada la semana pasada por el presidente Donald Trump, está la de que el paquete de medidas acaba con los subsidios a la compra de vehículos eléctricos.

Musk escribió en X que esa ley “otorga ayudas a las industrias del pasado mientras perjudica gravemente a las del futuro”, en referencia a la medida que afecta directamente a Tesla, así como al resto de los fabricantes que venden autos eléctricos en Estados Unidos.

Hasta hace poco, sin embargo, Musk había sostenido que la compañía que dirige no necesitaba los incentivos fiscales, establecidos en la Ley de Reducción de la Inflación promulgada por el expresidente Joe Bien en 2022.

“Eliminen los subsidios. Solo beneficiarán a Tesla” dijo Musk en una publicación en X el 15 de julio de 2024, en referencia al crédito fiscal de $7,500 para los compradores de autos eléctricos creado por el gobierno de Biden en un esfuerzo por estimular la demanda de estos vehículos.

¿Qué cambió en el último año?

Inmediatamente después del fallido intento de asesinato contra Trump, el 13 de julio de 2024 en Butler, Pensilvania, Musk publicó en X: “Apoyo plenamente al presidente Trump y espero su rápida recuperación”.

Durante la campaña Musk continuó apoyando a Trump, apareciendo en sus mítines y estableciendo y financiando el súper PAC, “América PAC”, con el propósito de apoyar la campaña de Trump y ayudar en sus esfuerzos para reelegirse como presidente.

Esto le ganó una gran popularidad entre los partidarios de Trump, lo cual también se reflejó en un aumento de la aceptación de la marca TesIa entre el mismo grupo, pero no de la de sus vehículos.

De hecho, hasta justo antes de las elecciones, la marca Tesla estaba ganando popularidad entre republicanos y conservadores, según una encuesta de American EV Jobs Alliance y Hill Research Consultants, conducida en noviembre.

Sin embargo, este grupo, que por una década ha escuchado decir a Trump que el cambio climático es un cuento y que los autos eléctricos “son poco fiables”, “poco prácticos”, que “no llegan lejos” y que “cuestan una fortuna”, no ha aumentado su propensidad a considerar un vehículo eléctrico, según indicó la misma encuesta.

Para complicar el panorama de Tesla, los liberales, moderados e independientes que, según la encuesta Musk alejó con sus actividades políticas, son más propensos a considerar un vehículo eléctrico, pero de otras marcas.

Después de la investidura de Trump como presidente, Musk encabezó los esfuerzos del nuevo gobierno en la reducción del aparato burocrático, desmantelando agencias y programas a través del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

Los más radicales entre los opositores de Trump han tomado a Tesla como la representación de las acciones de Musk en el gobierno, convirtiendo la marca, sus fábricas, salones de exhibición y sus vehículos en el blanco de protestas e incluso de acciones vandálicas.

Según una encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, Musk y Tesla han caído entre los republicanos desde la fuerte pelea pública entre el magnate y Trump.

Según esa encuesta, realizada el mes pasado, ahora la mitad de los estadounidenses tiene una opinión negativa de Tesla, y solo cerca de un tercio dice tener una opinión favorable.

La pérdida de los incentivos para la compra de autos eléctricos llega en un mal momento para Tesla

Después de abandonar el gobierno de Trump, Musk regresa a tomar sus responsabilidades a tiempo completo en Tesla en un momento muy complicado para el fabricante de autos eléctricos.

Las ventas de Tesla en el segundo trimestre de 2025 en EEUU cayeron un 15% en comparación con el segundo trimestre de 2024, con relación al año pico de 2023. A nivel mundial, las ventas cayeron cerca del 13% en el mismo período.

La caída de las ventas de Tesla en Estados Unidos es especialmente notoria, ya que ocurrió en un periodo en que las ventas de vehículos eléctricos aumentaron debido a las compras nerviosas incentivadas por la amenaza de los aranceles de Trump y del posible fin de los incentivos fiscales con los que el presidente había prometido acabar.

Ahora la pérdida de subsidios fiscales, a partir del 30 de septiembre, aumentará el precio de compra de los vehículos eléctricos para los consumidores, afectando la demanda, y aunque este es un efecto que no solo sufrirá Tesla, la pérdida de los incentivos encuentra al fabricante en una posición vulnerable.

Tesla está afectada no solo por una débil demanda de sus vehículos, como evidencian varios trimestres de ventas en declive, sino también por una línea de productos que no ha innovado en mucho tiempo, la carencia de un modelo verdaderamente asequible prometido por Musk para el inicio de 2025, pero del que aún no se ha mostrado ni un prototipo y el fracaso de la Cybertruck, la pickup eléctrica en la que Tesla tenía puestas las esperanzas de un resurgimiento.

En una nota a sus clientes en junio, el gigante financiero JPMorgan Chase estimó que la pérdida del crédito fiscal para vehículos eléctricos podría costarle a Tesla unos $1,200 millones anuales.

Para complicar la situación, la nueva ley reduce además los créditos vinculados a las emisiones contaminantes, o créditos de carbono, a través de los cuales Tesla había obtenido enormes ingresos, calculados en más de $10 mil millones desde 2017.

“Terminar abruptamente con los créditos fiscales a la energía amenazaría la independencia energética de Estados Unidos y la confiabilidad de nuestra red”, publicó Tesla en X en junio.

Al fabricante tampoco le ayuda que Musk parece no haber terminado con la política.

El fin de semana, Musk anunció en una publicación en X la creación del Partido América, un nuevo partido político nacional, un esfuerzo que requiere de mucho tiempo y dedicación, que la junta directiva de Tesla con seguridad preferiría que Musk dedicara al asediado fabricante.

“Simplemente, que Musk se sumerja más en la política y ahora intente enfrentarse a la élite política es exactamente la dirección opuesta que los inversionistas/accionistas de Tesla quieren que tome durante este período crucial para la historia de Tesla”, escribió a sus clientes, Dan Ives, analista de Wedbush Securities, quien hasta ahora había sido conocido por su optimismo sobre el futuro de Tsla.

¿Qué cambió en el último año?

Inmediatamente después del fallido intento de asesinato contra Trump, el 13 de julio de 2024 en Butler, Pensilvania, Musk publicó en X: “Apoyo plenamente al presidente Trump y espero su rápida recuperación”.

Durante la campaña Musk continuó apoyando a Trump, apareciendo en sus mítines y estableciendo y financiando el súper PAC, “América PAC”, con el propósito de apoyar la campaña de Trump y ayudar en sus esfuerzos para reelegirse como presidente.

Esto le ganó una gran popularidad entre los partidarios de Trump, lo cual también se reflejó en un aumento de la aceptación de la marca TesIa entre el mismo grupo, pero no de la de sus vehículos.

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De hecho, hasta justo antes de las elecciones, la marca Tesla estaba ganando popularidad entre republicanos y conservadores, según una encuesta de American EV Jobs Alliance y Hill Research Consultants, conducida en noviembre.

Sin embargo, este grupo, que por una década ha escuchado decir a Trump que el cambio climático es un cuento y que los autos eléctricos “son poco fiables”, “poco prácticos”, que “no llegan lejos” y que “cuestan una fortuna”, no ha aumentado su propensidad a considerar un vehículo eléctrico, según indicó la misma encuesta.